martes, 19 de noviembre de 2013

"El drama de la droga y el narcotráfico", Mensaje de los Obispos Argentinos


El drama de la droga y el narcotráfico
Angustias de la sociedad

1 -La sociedad vive con dolor y preocupación el crecimiento del narcotráfico en nuestro país. Son muchos los que nos acercan su angustia ante este flagelo. Nos conmueve acompañar a las madres y los padres que ya no saben qué hacer con sus hijos adictos, a quienes ven cada vez más cerca de la muerte. Nos quedamos sin palabras ante el dolor de quienes lloran la pérdida de un hijo por sobredosis o hechos de violencia vinculados al narcotráfico.
2 - Sabemos que este problema es un emergente de la crisis existencial del sentido de la vida en que está sumergida nuestra sociedad. Se refleja en el deterioro de los vínculos sociales y en la ausencia de valores trascendentes.
3 -Cuando este mal se instala en los barrios destruye las familias, siembra miedo y desconfianza entre los vecinos, aleja a los chicos y a los jóvenes de la escuela y el trabajo. Tarde o temprano algunos son captados como ayudantes del “negocio”. Hay gente que vende droga para subsistir, sin advertir el grave daño que se realiza al tejido social y a los pobres en particular.
4 - Es alarmante la expansión de las llamadas drogas sintéticas, que se distribuyen en diversos espacios festivos, y nos duelen las conductas autodestructivas en adolescentes o jóvenes que consumen diversas sustancias.
5 - Lo que escuchamos decir con frecuencia es que a esta situación de desborde se ha llegado con la complicidad y la corrupción de algunos dirigentes. La sociedad a menudo sospecha que miembros de fuerzas de seguridad, funcionarios de la justicia y políticos colaboran con los grupos mafiosos. Esta realidad debilita la confianza y desanima las expectativas de cambio. Pero también es funcional y cómplice quien pudiendo hacer algo se desentiende, se lava las manos y “mira para otro lado”.
Necesidad de medidas urgentes
6 - La Argentina está corriendo el riesgo de pasar a una situación de difícil retorno. Si la dirigencia política y social no toma medidas urgentes costará mucho tiempo y mucha sangre erradicar estas mafias que han ido ganando cada vez más espacio. Es cierto que el desafío es enorme y el poder de corrupción y extorsión de los grupos criminales es grande. Pero no es verdad que “nada se puede hacer”.
7 - La complejidad de este tema es tal que solo será abordado eficazmente por medio de amplios consensos sociales que deriven en políticas públicas de corto, mediano y largo alcance. Pero perseguir el delito es tarea exclusiva e irrenunciable del Estado. Recogemos también la preocupación por la desprotección de nuestras fronteras, y por la demora en dotar de adecuados sistemas de radar a las zonas más vulnerables.
Lamentamos que el organismo del Estado dedicado a coordinar las políticas públicas en esta materia (SEDRONAR) lleve tantos meses sin tener su responsable designado.
Pasión por el bien
8 -Muchos centros educativos, clubes barriales y diversas ONG colaboran en la educación, prevención y asistencia a las víctimas. Reconocemos gratamente la ardua tarea que se desarrolla desde la Iglesia implementando en las diócesis la pastoral de adicciones, promoviendo la contención de familias, el acompañamiento y la reinserción social de los adictos. Valoramos de corazón el esfuerzo, la dedicación y la entrega de tanta gente generosa que colabora en comunidades terapéuticas. No obstante, como obispos somos conscientes de que no hemos sido suficientemente eficaces en promover una pastoral que convoque y contenga a los adolescentes y jóvenes. A su vez, seguimos alentando la creación de centros de asistencia para quienes sufren la esclavitud de la adicción y les cuesta salir.
9 - Esta situación está dejando un tendal de heridos que reclaman de parte de todos compromiso y cercanía. Jesús nos pide que nos inclinemos ante quien sufre y que tratemos con ternura sus heridas.
10 - San Pablo nos enseña a “tener horror por el mal y pasión por el bien” (Rm 12, 9). Por eso no debemos quedarnos solamente en señalar el mal. Alentamos en la esperanza a todos los que buscan una respuesta sin bajar los brazos:
A las madres que se organizan para ayudar a sus hijos.
A los padres que reclaman justicia ante la muerte temprana.
A los amigos que no se cansan de estar cerca y de insistir sin desanimarse.
A los comunicadores que hacen visible esta problemática en la sociedad.
A los docentes que cotidianamente orientan y contienen a los jóvenes.
A los sacerdotes, consagradas, consagrados y laicos que en nuestras comunidades brindan espacios de dignidad humana.
A los miembros de fuerzas de seguridad y funcionarios de otras estructuras del Estado que aún a riesgo de su vida no se desentienden de los que sufren.
A todos los que resisten la extorsión de las mafias.
Que no nos roben la esperanza
11 - Es perverso vivir del sufrimiento y de la destrucción del prójimo. Por eso anhelamos una justicia más eficiente que erradique sin demoras la impunidad. Al mismo tiempo no dejamos de pedir la conversión de los traficantes.
12 - A cada uno de los que han caído en la droga, le decimos con el Papa Francisco: “Puedes levantarte, puedes remontar; te costará, pero puedes conseguirlo si de verdad lo quieres. Tú eres el protagonista de la subida, esta es la condición indispensable. Encontrarás la mano tendida de quien te quiere ayudar, pero nadie puede subir por ti”.
13 – No dejemos que nos roben la esperanza, ni que se la arrebaten a nuestros jóvenes. Cuidémonos los unos a los otros. Estemos particularmente cerca de los más frágiles y pequeños. Trabajemos por una cultura del encuentro y la solidaridad como base de una revolución moral que sostenga una vida más digna.

Que el Señor nos ilumine y la Virgen de Luján nos ayude a cuidar el presente y el futuro de la Nación.
106° Asamblea Plenaria Pilar, 7 de noviembre de 2013

domingo, 6 de octubre de 2013

Una propuesta para valientes y enamorados...

Comentario al Evangelio del Domingo
Lc. 3b - 10

Lucas nos presenta en éste texto, el final de una serie de recomendaciones que Jesús hace a los discípulos, mientras camina con ellos hacia Jerusalén. En ésta 2ª parte del viaje, tal como lo presenta Lucas, Jesús quiere mostrarnos cuál es el rostro y la identidad del verdadero cristiano. 


"Si tu hermano llega a pecar, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo"
El perdón es un rasgo fundamental de la vida cristiana. No se entiende el seguimiento a Jesús, si  no hay capacidad de perdonar. Las heridas de la vida, los dolores acumulados a lo largo del camino, las desilusiones sufridas, las traiciones de los más cercanos.... nos endurecen el corazón. Nos imposibilitan caminar con libertad, porque arrastramos por la vida todas aquellas situaciones. No somos libres, nos hemos esclavizado al pasado (heridas, desilusiones, traiciones) y permanecemos anclados en él. Dejamos de vivir en el presente para vivir-del-pasado. Dios no conoce más que un sólo tiempo: el Presente. Dios obra, ama, restaura, salva aquí-y-ahora. Por eso la primera recomendación del Señor es  perdonar, que es también una invitación a no vivir del pasado y en el pasado. Es vivir el presente, como tiempo lleno de Dios, libres y liberados de toda falta de perdón.

"Señor auméntanos la Fe"
Esta pregunta de los apóstoles, pareciera no tener nada que ver con lo que Jesús acaba de decirles. Sin embargo, resulta posible que ellos hayan caído en la cuenta que ese perdón al que Jesús los invita es un camino que supera sus fuerzas, y por eso el pedido: auméntanos la fe. Claro... el perdón humano es un don, un regalo de Dios ante todo, que debe ser recibido y multiplicado por cada uno de nosotros. Ésta fe de la que habla Jesús, es una invitación a la confianza de hijos. Es confiar en que aquello que nos fue prometido, por loco que parezca a nuestros razonamientos, se cumplirá. Confianza radical y abandonada en Dios.

"Somos siervos inútiles, hicimos lo que teníamos que hacer"
Esta expresión puede sonarnos dura... "inútil" suena quizas hasta ofensivo a nuestros oídos. Es simplemente un recurso que utiliza Lucas, para resaltar la pequeñez del servidor. Así, la inutilidad del siervo no está dada por su dignidad (no es malo ser siervo, es decir, servir a otros) sino por la pequeñez de su tarea. Con ésta expresión Jesús nos invita a una actitud de profunda humildad. Hacer lo pequeño que nos toca, cada día, sabiendo que aun por pequeño, no es menos importante ni escapa a la mirada y al amor de Dios.

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LA FE CRISTIANA NO ES UNA PRENDA DE ROPA QUE PODEMOS PONERNOS PARA CIERTAS OCASIONES DE LA VIDA, Y QUE -POR ENDE- TAMBIÉN PODEMOS SACÁRNOSLA CUANDO NOS INQUIETE. Tampoco es un código ético que consiste en cumplir determinados mandatos o prescripciones para vivir bien. 
Es una forma de vivir, un estilo que impregna todo lo que hacemos y lo que somos. Es un ideal de vida que nos ayuda a caminar cada día. ES, ESENCIALMENTE, EL ENCUENTRO CON JESÚS RESUCITADO Y CON EL DIOS QUE ÉL NOS REVELÓ. 

Hoy Jesús nos propone vivir ésta Fe desde tres actitudes: PERDÓN A LOS HERMANOS, CONFIANZA RADICAL EN DIOS Y HUMILDAD SINCERA DE CORAZÓN. Todo un programa de vida que nos alienta a vivir concretamente en el dia a dia de nuestra vida, desde estas 3 actitudes: en el trabajo, en la facultad, en casa, con los amigos, en tu noviazgo o matrimonio.... 
Dios te bendiga con estos 3 dones para que tu Fe crezca, y creciendo dé frutos de solidaridad con los demás...

viernes, 20 de septiembre de 2013

Entrevista al Papa Francisco



A continuación les comparto el link con la entrevista realizada al Papa Francisco, por la Civiltá Catollica, periódico católico italiano....
Les sugiero la lectura para informarse de primera mano y así contar con elementos de análisis propios.








domingo, 15 de septiembre de 2013

¿En qué Dios crees..?

Comentario al Evangelio del domingo
Lc 15, 1-32


Quién es tu Dios..? Cuál es su rostro..? Esta es la pregunta que subyace en el mensaje de Jesús hoy.

“Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos…”
La libertad que Jesús experimentaba era una libertad radical. Ningún falso respeto humano ni tampoco ninguna forma social de su época podía limitarlo… La espiritualidad de Jesús miraba al corazón herido de cada ser que se cruzaba y sólo eso le preocupaba…
Jesús responde con la conocida historia del padre y sus dos hijos: el rebelde y el leal. Aquí también podemos vislumbrar la libertad radical de los 2 hijos para elegir su camino. El rebelde sólo atina a decir “padre, dame la parte de la herencia que me corresponde” y emprende un camino cuyo retorno será penoso para él. Mientras que el hijo leal, al ver la reacción de su padre no puede menos que expresar “'Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y nunca me diste un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos…!”. Una reacción humana muy comprensible probablemente, para nosotros que vivimos en un mundo cuyo parámetro intenta ser la Justicia.

“Es justo que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado'”
Jesús cierra la historia con estas palabras del padre. Y con ello quiere proponernos un nuevo modelo, una nueva manera de vivir. La justicia (dar a cada uno lo que le corresponde) es buena, pero insuficiente. Jesucristo quiere proponernos una nueva forma de vivir: LA MISERICORDIA.
Etimológicamente misericordia es una palabra compuesta, cuyas raíces latinas son miser= miseria y cordis= corazón. Podríamos decir que una acepción posible es compadecerse ante el sufrimiento.

“El padre dijo a sus servidores: Traigan en seguida la mejor ropa y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el ternero engordado y mátenlo. Comamos y festejemos…”
Esta alegría del Padre y estos preparativos nos hablan de una fiesta. Pero no cualquier fiesta. Es una fiesta de alianza, “anillo en el dedo”… “ternero engordado”… Es una verdadera FIESTA DE ALIANZA. Y una alianza siempre se realiza entre dos personas que deciden unirse entregando simbólicamente algo propio, como ofrenda al otro con quien se une.
El Señor en este domingo quiere proponernos una alianza, UNA NUEVA ALIANZA, no ya realizada sobre la base de la justicia, sino uniéndonos en la MISERICORDIA. Y para ello, somos invitados nosotros a ofrendarle al Señor, nuestra miseria, y EL nos ofrece su corazón… para hacer realidad ese misterio de amor misericordioso… Dios pone su corazón en nuestra miseria. 


Esta es la base de la nueva alianza que nos propone el Señor. Vivir conscientes de nuestra fragilidad y nuestra pobreza pero sin sentir que ellas nos alejan de Dios. Todo lo contrario. Ellas son el objeto de amor de este Padre misericordioso para con nosotros. Allí pone su corazón; es decir, sus preocupaciones, sus delicadezas, sus permanentes cuidados y atenciones. 

Éste es el rostro del Dios cristiano, el Dios de Jesucristo. No es un dios de perfectos, sino un Dios Padre que ama a los pecadores, a los afligidos, a los que sufren. Y nosotros estamos llamados a vivir así. Amando, acompañando, acogiendo a quienes sufren, a quienes están extraviados, sin juzgar ni condenarlos. 
Demos Gloria a Dios por tener un Padre Bueno y misericordioso que nos ama así… ¡Qué libres podemos sentirnos y cuán amados…!

domingo, 8 de septiembre de 2013

La pobreza que libera...

Comentario EvDH
Lc. 14, 25-33

"COMO LO SEGUÍA MUCHA GENTE, JESÚS SE DIRIGIÓ A ELLOS Y LES DIJO..."
Jesús ve que mucha gente le sigue. Sabe que su palabra y su misión deslumbran a los de su tiempo.
Sin embargo, hace falta más que eso para seguirle...


"SI ALGUNO QUIERE VENIR CONMIGO Y NO ESTÁ DISPUESTO A RENUNCIAR..."
Jesús les habla de la renuncia como condición de seguimiento. Ya lo ha dicho muchas veces en su vida pública. Hoy se lo vuelve a repetir a la multitud.
La renuncia de la que habla Jesús se refiere al desprendimiento. Él, como hombre íntegro y pleno que es, sabe que somos seres hechos para la vida social y que nuestros afectos son una parte importante de la vida, por ello no nos pide "dejar de querer" a los nuestros. Sí nos pide, en cambio, una actitud de desprendimiento radical que no nos ate a nada ni a nadie.
¿Se puede vivir ésta libertad que Jesús nos pide?
Definitivamente sí. A condición de que asumamos que este desprendimiento es una gracia -consecuencia de nuestra decisión de seguir al Señor con actitud firme- que debe ser sostenida por una vida de oración y comunión profundas con el Señor, y por una sana forma de vincularnos con los demás.
Nadie, librado a su propia humanidad, puede vivir este desprendimiento. Nuestra condición humana tiende a hacernos seres posesivos y controladores. Buscamos seguridades en todo lo que hacemos: en los amigos, en el noviazgo, en una profesión, en el dinero, en nuestra imagen por la que tanto trabajamos para construir y sostener...
La invitación de Jesús hoy es a desprendernos de las preocupaciones que nos oprimen el corazón, que nos quitan la paz. ¡Cuántas ansiedades inútiles vivimos..! ¡Cuánto sufrimiento nos ahorraríamos si sólo aceptáramos la vida tal como es, y no nos empeñáramos en sufrir por lo que no tenemos, o por lo que no conseguimos..!
La cultura en la que hemos crecido nos ha enseñado que la pobreza es mala. Que es signo de mediocridad, y de falta de expectativas. La pobreza es un oprobio. Y claro que pensar en la pobreza, en términos materiales, es algo que nos asusta y nos atemoriza. La pobreza material no agota el sentido de la pobreza cristiana. No hay duda que quienes son pobres materiales, lamentablemente, viven muchas otras pobrezas que van aparejadas y que son lamentables e injustificables. Cristo mismo sufre en forma particular esas situaciones... Y nosotros estamos llamados a colaborar en todo para evitar, corregir, y ayudar en todo lo posible a estos hermanos.
Pero no son sólo pobres los que no tienen dinero. Somos pobres cada vez que nos aferramos a nuestras seguridades y nos declaramos independientes de Dios. Nos empobrecemos justo cuando empezamos a sentirnos seguros de lo que somos (moral, espiritual o profesionalmente), de lo que tenemos (dinero, bienes, honores) o de lo que carecemos (trabajo, una vida diferente, etc).
Por eso la pobreza cristiana (el desprendimiento) es una escuela  de libertad y sabiduría, de la que nunca nos graduamos.
La pobreza libera nuestro corazón para usar con libertad todo lo que tenemos (bienes, títulos, dinero) y compartir con nuestros afectos, sin aferrarnos a ellos.

"AQUEL DE USTEDES QUE NO RENUNCIA A TODO LO QUE TIENE, NO PUEDE SER MI DISCÍPULO..."
En el cristianismo, la pobreza se ha desnaturalizado en el momento en que se institucionalizó como parte de un proyecto de vida específico. La pobreza no es privativa de los consagrados. Todos los cristianos estamos llamados a vivir en clave de pobreza cristiana.
Pobre no es quien no tiene nada, sino quien administra con libertad y generosidad aquello que le fue dado para bien de todos...
En definitiva, esta pobreza es una de las claves de vida del Proyecto de Jesús, el proyecto del Reino. Porque la pobreza alienta la fraternidad. Siendo pobres es cuando necesitamos pedir ayuda (a Dios, en primer lugar, y a nuestros hermanos, después), y allí se crean oportunidades para crear comunión.

POBREZA, FRATERNIDAD, COMUNIÓN... tres pilares de las nuevas relaciones humanas a las que Jesús nos invita a vivir en su Reino.

domingo, 28 de julio de 2013

La Oración: privilegio del humilde...

Comentario al Evangelio del Día de Hoy (EvDH)
Lc 11,1-13


"SEÑOR, ENSÉÑANOS A ORAR..."
Los amigos de Jesús se deben haber sorprendido al ver en oración al Maestro. Quizás se preguntaban qué pasaba dentro de Jesús. Esa experiencia de intimidad, silencio y comunión profundas que veían en el Señor. Y por eso le hacen ese pedido tan osado... "enséñaños a orar". No pedían poca cosa... ellos querían aprender a orar, a vivir eso que Jesús vivía cuando entraba en comunión con su Padre y de lo que ellos eran testigos.La osadía de los discípulos de pedir semejante cosa, nace de la experiencia de la humildad. Ellos se sienten necesitados; quizás podrían haber experimentado: "no sabemos orar...", "necesitamos esa paz...", "anhelamos ese encuentro...". Pero lo importante es que el deseo de aprender a orar, nace del reconocimiento sincero y humilde de saberse carentes y necesitados. 


"CUANDO OREN, DIGAN: PADRENUESTRO..."

Jesús les abre la puerta al camino de la oración, enseñándoles lo que nosotros hoy conocemos como "el padrenuestro". Es esa oración que recitamos desde pequeños y casi automáticamente. Sin embargo -a pesar que para nosotros hoy pueda resultar una fórmula- esa oración constituye más que una fórmula, ES UN MODO DE ORAR. Si nos detenemos en la secuencia que sigue a dicha oración, podremos notar que primero se bendice el nombre de Dios y se pide que se cumpla siempre su Voluntad, luego se pide el pan cotidiano y el perdón de las ofensas cometidas, y por último se implora la ayuda de Dios en los momentos de prueba. Es decir, Jesús nos enseña a orar de éste modo: siempre y ante todo ALABAR Y BENDECIR. En todo momento y situación... Luego PEDIR, necesidades, perdón y protección... Este modo de oración cristiana, nace de la experiencia del reconocernos HIJOS AMADOS DEL PADRE. Una persona que goza de su condición de hijo, no necesita estar repetitivamente pidiendo perdón -aún cuando sepa y se reconozca en falta- sin antes de dar gracias y bendecir el hecho mismo de ser hijo. Es necesario pedir perdón, pero no bajo la conciencia de la culpa escrupulosa de quien solo ve en sí mismo faltas, sino del hijo que actuó mal y se alejó del amor del Padre. Por eso también pedimos que se cumpla su Voluntad, porque es un Padre Bueno, que no puede querer algo malo para nosotros. Sólo desea lo bueno, siempre.  Este es el modo en el que nos enseña a orar Jesús... como hijos confiados de un Padre, que nos ama tanto, que siempre quiere lo mejor para nosotros; y eso es motivo de alegría, gozo y alabanza, en primer lugar, y de súplica, pedidos y contricción, ante la caída.

"¡CUÁNTO MÁS EL PADRE DEL CIELO DARÁ EL ESPÍRITU SANTO A AQUELLOS QUE SE LO PIDAN!"
Jesús cierra su enseñanza sobre la oración prometiendo con certeza que el Padre da su Espíritu a quienes se lo pidan. Ya no sólo nos da las cosas que necesitamos, sino que nos da el Espíritu Santo, Su Espíritu, es decir, se da a sí mismo.
En éste versículo final, Jesús nos muestra que la oración, que es un encuentro íntimo con Dios, es sobretodo un encuentro con la Trinidad. En la oración nos es permitido entrar en el corazón mismo de Dios, que es la Santísima Trinidad. Allí se nos permite experimentar -de acuerdo a nuestras posibilidades- todo lo que  Dios vive intratrinitariamente. Por eso los frutos de una oración genuina son paz, gozo, comunión, amor, perdón, fraternidad, servicio, mansedumbre, consuelo. Todo ello vive en el corazón de Dios y nos es permitido experimentarlo como anticipo de la Gloria eterna que nos espera. 
Cada oración es vivir por un instante el cielo, ya aquí y ahora. Porque nuestro corazón se sumerge en la Trinidad y reposa en ella.
La oración nos afirma en el camino de seguimiento de Jesús,  nos hace más trinitarios y nos centra en Cristo. 
La oración no debe ser lujo de los que tienen tiempo. Es la savia que nutre el corazón y que lo despabila del extravío cuando cae en el enojo, el resentimiento y la soledad. Es aquello que nos oxigena cuando sentimos que estamos por caer, porque nuestras fuerzas no dan para más. 
La oración es la plegaria del humilde, porque no ora quien se siente seguro de sí mismo, sino quien se sabe pobre y pecador, y no lo hace por vergüenza y culpa, sino por amor confiado y esperanzado.
AMEN



sábado, 20 de julio de 2013

Comentario EvDH


MI AMIGO, MI AMADO  
Fray Wilson Ossa B. ocd

“Este es mi siervo a quien elegí, mi amado en quien me complazco”(Mt 12)



Ser feliz es compartir la suerte del amigo, los amigos verdaderos se reconocen en las pruebas, en los mismos interés por los que luchan, ser amigo de Dios es hacer la voluntad del Padre como Jesús: “Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando” Jesús nuestro amigo nos corrige y nos guía para que seamos amigos del Padre, para que entremos en su intimidad, para que le seamos agradables a Dios, con sus actitudes nos va formando para la amistad divina. Es un amigo verdadero que nos coloca en amistad con sus amigos. “los amigos de mis amigos son mis amigos”.
“En ti solo me he agradado, oh vida de vida mía, eres lumbre de mi lumbre, eres mi sabiduría, figura de mi substancia en quien bien me complacía” dice de Jesús el Padre Dios en la voz de san juan de la cruz. La actitud mansa y humilde de Jesús, la fortaleza y constancia con la que siembra la justicia y el derecho, llevando sobre si el pecado y sacándolo del cuerpo de los hombres, sin gritos, sin violencias, la mansedumbre majestuosa y pacífica con la que revela la verdad de Dios como un amor fuerte y poderoso, la misericordia que se abaja a los pequeños, los pecadores, los enfermos, son los rasgos que hacen del Hijo de Dios el predilecto del Padre y es por ende el camino que nos regala para serle agradable a Dios:“Nada me contenta Hijo fuera de tu compañía / y si algo me contenta / en ti mismo lo querría, el que a tí mas se parece/ a mi más satisfaría/ y el que en nada te asemeja/ ese en mi nada hallaría”.

No porfiará, no gritará, no voceará por las calles, no apagará el pábilo vacilante…, así lo vimos camino de la cruz, en su pasión, manso,” el más hermosos de los hijos de los hombres, el amigo verdadero que nos acompañó en todas nuestras oscuridades, Yendo victorioso por la verdad y la justicia para atraernos al amor del Padre y por esa seducción introducirnos en el misterio de amor que El mismo goza.
Ser feliz es compartir la suerte del amigo, ser amigo de Jesús, amarlo es hacer lo que El nos dice, hacer la voluntad del Padre como el la cumplió, es el único requisito que nos coloca para gozar de su intimidad, de sus hondos secretos, del amor infinito que es El, ese amor que tantas veces se ha encarnado en el misterio de los amigos, que se acercaron y nos hicieron comprender la presencia del Dios humanado…, a todos ustedes, mi abrazo fuerte, mi cariño grande, a los que sobretodo me acompañaron cuando la oscuridad se tomó mi vida, y los ví, sorprendido y sonriente, acompañándome a llevar la cruz, mis amigos…esos que están allí junto a la cruz,… y que me encarnan esta frase: “viendo al discípulo que tanto quería…” a esos que les entregaría con toda el alma con María, el cuerpo, la sangre.


domingo, 7 de julio de 2013

Comentario EvDH. Por Fray Wilson D. Ossa B. ocd

DIALOGOS DE PAZ

Sus deseos de paz se cumplirán” (Lc 10)
Los verdaderos diálogos de paz ocurren en la oración; allí, el alma sustentada por Jesús, es consolada de sus inquietudes y ambiciones (como pueden hablar de paz los que tienen otras ambiciones distintas a ella misma) El que ora se hace instrumento de paz. La experiencia profunda de que Dios reina en un alma es la paz. El Reino de Dios es paz, gozo y justicia en el Espíritu Santo dice san Pablo. (Miremos donde nace la justicia, en Dios, que nos comunica a todos su ser mismo, en eso es justo, en que para todos es el mismo Dios, el único bien que no se acaba). Como efusión del Espíritu en el alma es un rio de consuelo, de ternura que comunica esencialmente el Padre a sus hijos en Jesús. “Como niños de pecho los llevará en sus brazos, sobre sus rodillas los acariciará, como una madre consuela a su hijo, así os consolaré yo”


La paz es la experiencia del amor poderoso conque Jesús venció todos los odios, las violencias, el pecado y es un amor que no nos deja en paz. que nos lanza a anunciarla. Es la primera palabra del resucitado a los apóstoles. “la paz esté con ustedes”. La auténtica paz, no como el mundo la da, proviene de esta experiencia de haber nacido de nuevo con Jesús resucitado, de la certeza de la comunión con Dios en su propia vida eterna, ya no hay nada más que pedir. “Lo que importa es esta nueva creación, los que viven según este principio gozarán la paz y la misericordia divina
los discípulos edificados en esta paz son enviados a comunicar con sus propias vidas la experiencia que llevan, no van buscando una paz que no tienen ni implantando lo que en ellos todavía no ha ocurrido. En la oración han vivido a plenitud la comunión con el Espíritu de Dios, ahora anuncian, aunque a veces no los reciban, una nueva manera de ser. “Cuando entren en una casa saluden con a los que en ella viven y si hay allí quien los acoja esos deseos de paz se cumplirán”.

Recostados en el pecho de Jesús, consolados con sus amor, el alma es colmada de gracias y virtudes que se suyo hacen al alma pacifica, mansa, fuerte tanto que ni el mundo, ni el demonio, ni la carne pueden robarle esta verdadera seguridad, esta vida así, es la certeza que son enviados a comunicar al mundo.

¡pas…pas…pas!… asi suenan las armas, los golpes, cuando incluso quieren construir la paz. Paz…a los hombres de buena voluntad…así resuena el cantico de los ángeles la noche de navidad, cuando Dios nos dijo que era uno con nosotros, uno de nosotros, que Dios vive en cada hermano, en el guerrillero, en el paramilitar, en el campesino, en el indígena, en el soldado…, quizás tanta sangre derramada tenga el poder de suplicar a Dios que venga su reino, que venga la paz.

sábado, 6 de julio de 2013

Amar sin límites

"Encontré la paradoja: Sí amas hasta que te duela, ya no habrá mas dolor, solo más amor"

Beata Teresa de Calcuta

sábado, 29 de junio de 2013

Decididos a todo... caminamos hacia Dios, abrazando el HOY...

Comentario EvDH 
Lc 9, 51-62 

El evangelio pareciera decir algo de Jesús que ya sabemos. Lo hemos oído cientos de veces durante la celebración de la Pascua. Jesús va camino hacia su Pascua.

"Como ya se acercaba el tiempo en que sería llevado al cielo, Jesús emprendió resueltamente el camino a Jerusalén."

Éste domingo, Lucas, comienza con un dato que podríamos interpretar como novedoso. Parece querer decirnos que Jesús abraza su cruz aún antes de que ella esté sobre sus hombros. Abraza lo que -ya sabe- está por venir. La Voluntad de su Padre es que Él salve al mundo y le reconcilie con Dios, y para ello debe ser crucificado, morir y resucitar al tercer día. Pero para Jesús es más que sólo el designio de su Padre. Hace suyo ese deseo de Dios y lo abraza y -dice Lucas- emprende su camino "resueltamente" hacia Jerusalén.

Va camino hacia el culmen de su vida, va a crucificar su humanidad para salvar la nuestra. Nadie más que él lo sabe con certeza. Los discípulos lo han escuchado hablar de éste momento, pero muy probablemente, sus amigos se niegan a creer que ello pueda ocurrir. Aún así Jesús sabe que se enfrenta "al momento más sublime y doloroso" de su vida. 
Sin embargo no deja de preparar los corazones de los discípulos llevándolo con Él. Este Maestro es tan delicado y atento, y ama de una manera tan radical, que aún cuando él mismo está camino a su cruz, piensa en sus amigos.  Todo el camino que recorren, es un camino de preparación para éstos pequeños hombres que son débiles y frágiles pero que aún así aman entrañablemente a su Maestro, puedan prepararse para el acontecimiento central de la vida de Cristo. Él lo sabe, por eso camina con ellos, y hace gestos y dice palabras que les ayuden a prepararse. 

Aparecen hombres buenos, quizás deslumbrados por la vida y el mensaje de éste "Hombre de Dios", y expresan que desean seguirle. Alguno se ofrece, otros son invitados. Sin embargo, ninguno de ellos se suma a la comunidad. 
¿Por qué?
Sencillamente porque ninguno acepta la cruz.  Quieren seguir al Señor, pero soslayando la dimensión de renuncia que tiene el seguimiento.



"Señor, deja que me vaya y pueda primero enterrar a mi padre"... "Te seguiré, Señor, pero antes déjame despedirme de mi familia"... 

¿No son éstos acaso motivos válidos para todo ser humano bien nacido y bien educado..? ¿No nos suena violento el hecho de que Jesús exija una decisión tan radical, aún implicando ello darle la espalda a nuestros afectos primarios? 
Todo camino de seguimiento del Señor -tal como concebimos al cristianismo- es un éxodo permanente. Debemos caminar "sin prisa pero sin pausa" abandonando nuestras seguridades, por buenas que ellas sean. Incluso, aún cuando fueran santas seguridades... 
Despojados de toda seguridad y previsión, caminar libres HOY, haciendo que nuestra única seguridad sea Dios.
Impresionan la crudeza de las palabras de Jesús. Pero ¿no impresiona más aún caer en la cuenta de que el Señor dice todo esto, consciente de que camina hacia el momento más trágico y brutal que una persona puede vivir..? 
Aquí caemos en la cuenta que sus palabras tienen otro peso. No hay metáforas. Hay realidad, cruda y bruta. 
El Señor aclara cómo es su seguimiento... La cruz es parte del camino, y quien quiera evitarla, no está a la altura de la circunstancia y aún no ha comprendido qué es ser cristiano. O sencillamente no lo quiere ni lo acepta. 

La cruz no es primariamente sufrimiento o dolor. Es renuncia, negación a uno mismo. Es entrega desinteresada y radical a los demás. No estigmaticemos el sufrimiento, victimizándonos como si los cristianos fuéramos los que más sufrimos, o como si -peor aún- Jesús nos pidiera disposición a sufrir lo que nadie desea sufrir. Esto es posible como una gracia especialísima de Dios para algunos elegidos a quienes desea unirse de ese modo. Sin embargo, para el resto de los mortales abrazar la cruz es una decisión de vida cada día: vivir mi propia vida en clave de entrega a los demás, independientemente de que la valoren o no. Dar la vida es darla, no condicionarla a quién la reciba. Y este seguimiento al que el Señor nos invita, es para hacerlo HOY.  El único tiempo que Dios conoce es el presente. Un aquí-y-ahora centrados y empeñados en abrirnos al Amor de Dios que nos llama y nos invita a vivir nuestra vida en clave de entrega. Allí está la cruz. Renunciar a vivir sufriendo por el pasado que nos duele, o ilusionados por el futuro que ha de venir...¡NO! Seguir a Cristo hoy, es el desafío de vivir cristianamente.

Finalmente el Evangelio de este domingo nos regala dos semblanzas. 
Cada una de ellas, muestra un tipo distinto de discipulado. 
Los que lo siguen (apasionados, más o menos inconscientes, decididos, limitados y hasta un poco engreídos quizás) y aquellos que desean de corazón seguirle, pero que aún están tan centrados en sí mismos, que necesitan tiempo para mejorar su situación y su vida, o terminar de ordenarla, y recién allí seguirle. 
Los primeros son pecadores, pero caminan con decisión porque han podido dar el salto de Fe y mirar a Dios -y no confiar en sus propias fuerzas ni desconfiar de sus pecados del que son conscientes-, y así sólo confiar en Él.
Los segundos deben haber sido hombres honestos y buenos, pero en definitiva temerosos y egocéntricos. No pudieron ver más que sus necesidades

"Dios no llama a los capaces, sino que capacita a los que llama" profería una mujer de Dios.... 
¡Y cuánta verdad en estas palabras...!

Reconozcámonos como lo que somos: pecadores, frágiles y pobres necesitados de la Gracia de Dios. Pero así y todo, hombres y mujeres de fe, decididos a caminar en docilidad al Espíritu Santo para abrazar -como Jesús- el Designio de Dios para nuestras vidas, "crucificándonos" cada día a través de la entrega sincera, desinteresada, en el servicio a los que más nos necesitan, perdonando, y  dándonos sin pensar en lo frágiles que somos (aunque ésta sea una realidad que nos golpea).

martes, 25 de junio de 2013

Comentario EvDH (Fr. Wilson D. Ossa ocd)

POR EL CAMINO ESTRECHO

“Cuán estrecha es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida y son pocos los que lo encuentran” (Mt7)

“Este es el camino de los que confían en sí mismos, el destino de los hombres satisfechos, son llevados al abismo como un rebaño cuyo pastor es la muerte…porque el hombre no perdura en el lujo y al igual que los animales muere” (sal 48). El camino que conduce a la salvación es estrecho porque lo que nos salva es la fe en el amor de Dios revelado gratuitamente en Cristo Jesús. La experiencia de este amor supone un abandono completo en la misericordia divina, entre más desvalida el alma, entre menos apoyada en sí, en otros, o en algo, más aferrada a lo que Dios le da en cada instante: su bendición, su vida, la prosperidad.

El camino de la salvación es estrecho porque supone un no apoyarse en ninguna experiencia de bienes materiales o espirituales para poderse unir a Dios en su Espíritu, sentirse sostenido por su brazo. Casi toda nuestra experiencia cristiana ha sido comprobar como, por amor, el Señor nos va despojando de lo sensible y espiritual hasta quedar abandonados en el poderoso amor del Padre. El abandono y el agradecimiento es lo que puede ofrecer a su Dios la criatura, sin fe es imposible agradarle al Señor y con ella obtendrá todo cuanto le pida.

Santa Laura Montoya gozaba de abandonarse confiada en las manos del Señor y era esa confianza absoluta la que le obtenía milagros extraordinarios como la resurrección de los muertos, la liberación de las plagas. Confianza absoluta, herencia de María para su hijos llamados y escogidos, pequeños y humildes con ella, como ella, abandonados en las manos de Dios “ Cuando diré lo que siento de la confianza amorosa? Es almohada en la que descanso tranquila, es barca en la que me libro de las borrascas de la vida, es el ala que me cubre, es en fin, la atmósfera que me envuelve, es como la misma mano de Dios que me sostiene, es la compañera inseparable de la oración, sin la cual, esta reina nada puede”.

Pero este tesoro que se descubre, el reino de Dios habitando en el alma del que ha vendido todas las perlas por aquella de inigualable valor, no puede ser recibido sino por el alma humilde, de lo contrario la doctrina y el ejemplo son destrozados, aquí se pide el discernimiento de cuándo y a quién entregar este tesoro, almas dispuestas. No es de extrañar que en medio de las situaciones más difíciles de la vida, la ruina económica, la separación de los seres que amamos, la enfermedad, se nos esté regalando la oportunidad de finalmente entregarnos al Señor con fe, de retomar el camino que nos conduce a la salvación.



jueves, 13 de junio de 2013

CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO EN LA AUDIENCIA 11/06

HERMOSISIMA CATEQUESIS SOBRE LA IGLESIA COMO PUEBLO DE DIOS...

"QUE LA IGLESIA SEA UN LUGAR DE LA MISERICORDIA Y DE LA ESPERANZA DE DIOS, DONDE TODO EL MUNDO PUEDA SENTIRSE ACOGIDO, AMADO, PERDONADO Y ALENTADO A VIVIR SEGÚN LA VIDA BUENA DEL EVANGELIO”.


<<Queridos hermanos y hermanas ¡Buenos días!

Hoy voy a referirme brevemente sobre otro de los términos con los que el Concilio Vaticano II definió a la Iglesia, el de "Pueblo de Dios" (cf. Constitución dogmática Lumen Gentium, 9, Catecismo de la Iglesia Católica, 782). Y lo hago con algunas preguntas acerca de las cuales todo el mundo pueda reflexionar. 1. ¿Qué quiere decir "Pueblo de Dios"? En primer lugar, significa que Dios no pertenece de manera propia a ningún pueblo; porque es Él quien nos llama, nos convoca, nos invita a ser parte de su pueblo, y esta invitación esta dirigida a todos, sin distinción, porque la misericordia de Dios "quiere la salvación para todos "(1 Tim 2:04). Jesús no dice a los Apóstoles y a nosotros que formemos un grupo exclusivo; un grupo de élite. Jesús dice: “Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos” (cf. Mt 28,19). San Pablo afirma que en el pueblo de Dios, en la Iglesia, "no hay ni judío ni griego... porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús" (Gálatas 3:28).
Me gustaría decir a aquellos que se sienten lejos de Dios y de la Iglesia, a los que son temerosos o a los indiferentes, a los que piensan que ya no pueden cambiar: ¡el Señor también te está llamando a ti a ser parte de su pueblo y lo hace con gran respeto y amor!, ¡El nos invita a hacer parte de este pueblo; pueblo de Dios!

2. ¿Cómo se convierte en miembro de este pueblo? No es a través del nacimiento físico, sino por medio de un nuevo nacimiento. En el Evangelio, Jesús dice a Nicodemo que hay que nacer de lo alto, del agua y del Espíritu para entrar en el Reino de Dios (cf. Juan 3:3-5). Es " a través del Bautismo que nosotros somos introducidos en este pueblo, a través de la fe en Cristo, don de Dios que debe ser alimentado y hecho crecer en toda nuestra vida. Preguntémonos: ¿cómo puedo hacer crecer la fe que he recibido del Bautismo?; ¿cómo hago crecer esta fe que yo he recibido y que el pueblo de Dios tiene?; ¿cómo hago para hacerla crecer?

3. ¿Cuál es la ley del pueblo de Dios? Es la ley del amor, amor a Dios y amor al prójimo, según el nuevo mandamiento que nos ha dejado el Señor (cf. Jn 13,34). Un amor, sin embargo, que no es sentimentalismo estéril o algo vago, sino que es el reconocer a Dios como único Señor de la vida y, al mismo tiempo, aceptar al otro como un verdadero hermano, superando divisiones, rivalidades, incomprensiones, egoísmos; las dos cosas van de la mano. ¡Cuánto camino todavía tenemos que recorrer para vivir de manera concreta esta nueva ley, la del Espíritu Santo que obra en nosotros, la de la caridad, la del amor!

Cuando vemos en el diario en la TV, tantas guerras entre cristianos, ¡como puede pasar esto! Dentro del pueblo de Dios ¡cuántas guerras! En el barrio, en el puesto de trabajo ¡cuántas guerras por envidias y celos! También en la misma familia, cuantas guerras internas. Pidamos al Señor que nos haga entender bien esta ley del amor. ¡Que bueno! ¡Que hermoso es amarse los unos a los otros como verdaderos hermanos!, ¡que hermoso es esto! Hagamos una cosa hoy: Quizá todos tenemos simpatías y antipatías. Quizá tantos de nosotros estamos enojados con alguno. Al menos digamos al Señor: Señor yo estoy enojado con este, con aquella. Yo te pido por este y por aquel. Rezar por aquel con el que estamos enojados es un hermoso paso en esta ley del amor. ¡Hagámoslo hoy!

4. ¿Qué misión tiene este pueblo? La de llevar al mundo la esperanza y la salvación de Dios: ser signo del amor de Dios que llama a todos a la amistad con Él; ser levadura que hace fermentar toda la masa, sal que da sabor y preserva de la corrupción, luz que ilumina. A nuestro alrededor, basta abrir un periódico, para ver que la presencia del mal existe, que el Diablo actúa. Pero quisiera decir en voz alta, Dios es más fuerte. ¿Ustedes creen esto que Dios es más fuerte? Digámoslo juntos todos ¡Dios es más fuerte! ¡Todos! ¿Y saben por qué es más fuerte? Porque Él es el Señor. ¡Es el único Señor! Dios es más fuerte. ¡Bien! Quisiera agregar que la realidad a veces oscura signada por el mal puede cambiar. Si nosotros primero les llevamos la luz del Evangelio sobre todo con nuestra vida. Si en un estadio, pensemos aquí el Roma Olímpico o en ese de San Lorenzo en Buenos Aires, en una noche oscura una persona enciende una luz, apenas se entrevé, pero si los otros setenta mil espectadores encienden cada uno su propia luz, el estadio se ilumina. Hagamos que nuestra vida sea una luz de Cristo. Juntos llevaremos la luz del Evangelio a toda la realidad.

5. ¿Cuál es el objetivo de este pueblo? El fin es el Reino de Dios, iniciado sobre la tierra por Dios mismo, y que debe ampliarse hasta el cumplimiento, cuando aparecerá Cristo, vida nuestra (cf. Lumen Gentium, 9). El fin entonces es la plena comunión con el Señor, entrar en su misma vida divina, donde viviremos la alegría de su amor sin medida. ¡Aquella alegría plena!

Queridos hermanos y hermanas, ser Iglesia es ser pueblo de Dios, de acuerdo con el gran proyecto de amor del Padre, quiere decir ser el fermento de Dios en esta nuestra humanidad, quiere decir anunciar y llevar la salvación de Dios en este mundo nuestro, que a menudo se pierde, necesitado de tener respuestas que alienten, que den esperanza, que den nuevo vigor en el camino. Que la Iglesia sea un lugar de la misericordia y de la esperanza de Dios, donde todo el mundo pueda sentirse acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la vida buena del Evangelio. Y para sentirse recibido, amado, perdonado, animado. La Iglesia debe tener las puertas abiertas para que todos puedan venir y nosotros debemos salir de esas puertas y anunciar el Evangelio. ¡Muchas Gracias!>>.

miércoles, 12 de junio de 2013

Encuentro del Papa con Religiosos de América Latina y el Caribe

Papa Francisco Dialoga como un Hermano más con la CLAR

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En un gesto sin precedentes, el Papa Francisco recibió y dialogó durante una hora con la directiva de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosas y Religiosos (CLAR). Conversaron ubicados en círculo, entre iguales, como era en las primeras Comunidades fundadas por Jesús...
En un ambiente de confianza y sencillez, Francisco instó a los líderes de la CLAR a que no tengan miedo de continuar llevando su misión a los límites y las fronteras... "¡Coraje! ¡Avanzad para nuevos horizontes! No tengan miedo de correr riesgos yendo a los pobres y los nuevos sujetos emergentes en el continente", señaló el Papa Bergoglio, quien al final del encuentro agradeció enfáticamente a la vida religiosa ser "señal y testimonio del Evangelio" en muchos lugares de América Latina y Caribe.
Ofrecemos a nuestros lectores -en exclusiva- esta breve síntesis de este histórico encuentro celebrado en la Santa Sede.
Audiencia con el Papa Francisco
CLAR, 06.06.13


·         Abran puertas… ¡abran puertas!

Se van a equivocar, van a meter la pata, ¡eso pasa! Quizá hasta les va a llegar una carta de la Congregación para la Doctrina (de la Fe) diciendo que dijeron tal o cual cosa… Pero no se preocupenExpliquen lo que tengan que explicar, pero sigan adelante… Abran puertas, hagan algo ahí donde la vida clama. Prefiero una Iglesia que se equivoca por hacer algo que una que se enferma por quedarse encerrada …

·         (sobre su elección) No perdí la paz en ningún momento, ¿saben? Y eso no es mío, yo soy más de preocuparme, de ponerme nervioso… Pero no perdí la paz en ningún momento. Eso me confirma que esto es de Dios…

·         (al reflejarle la esperanza que nos han traído sus gestos de este tiempo, hace referencia a haberse quedado a vivir en Santa Marta) …estos gestos… no han venido de mí. No se me han ocurrido a mí. No es que yo trajera un plan, ni que me haya hecho uno en cuanto me eligieron. Lo hago porque sentí que era lo que el Señor quería. Pero estos gestos no son míos, hay Otro aquí… eso me da confianza

Yo venía con la ropa justa, la lavaba en la noche, y de repente esto… ¡Si yo no tenía ninguna posibilidad! En las apuestas de Londres estaba en el lugar 44, fíjense ustedes, ¡el que apostó por mí ganó muchísimo, claro…! Esto no viene de mí…

·         Hay que dar vuelta la tortilla. No es noticia que en Ottaviano muera un anciano de frío en la noche, o que haya tantos niños sin educación, o con hambre, pienso en la Argentina… En cambio, las principales bolsas del mundo suben o bajan 3 puntos y eso es un acontecimiento mundial. ¡hay que darlo vuelta! No puede ser. Las computadoras no están hechas a imagen y semejanza de Dios; son un instrumento, sí, pero no más. El dinero no es imagen y semejanza de Dios. Sólo la persona es imagen y semejanza de Dios. Hay que darlo vuelta. Ese es el evangelio.

·         Hay que ir a las causas, a las raíces. El aborto es malo, pero es que eso está claro. Pero qué hay detrás de aprobar esa ley, qué intereses están detrás… son a veces las condiciones que ponen los grandes grupos para apoyar con dinero, ¿saben ustedes? Hay que ir a las causas, no nos podemos quedar sólo en los síntomas. No tengan miedo de denunciar… lo van a pasar mal, van a tener problemas, pero no tengan miedo de denunciar, esa es la profecía de la vida religiosa…

·         Yo les comparto dos preocupaciones. Una es una corriente pelagiana que hay en la Iglesia en este momento. Hay ciertos grupos restauracionistas. Yo conozco algunos, me tocó recibirlos en Buenos Aires. ¡Y uno siente que es como volver 60 años atrás!Antes del Concilio… Uno se siente en 1940… Una anécdota, sólo para ilustrar, no es para reírse, yo la tomé con respeto, pero me preocupa; cuando me eligieron, recibí una carta de uno de estos grupos, y me decían; “Santidad, le ofrecemos este tesoro espiritual; 3.525 rosarios”. Por qué no dicen rezamos por usted, pedimos… pero esto de llevar las cuentas… Y estos grupos vuelven a prácticas y a disciplinas que yo viví –ustedes no, porque ninguno es viejo– a disciplinas, a cosas que en ese momento se vivían, pero no ahora, hoy ya no son…

La segunda es por una corriente gnóstica. Esos panteísmos… Las dos son corrientes de elite, pero ésta es de una elite más formada… Supe de una superiora general que alentaba a las hermanas de su congregación a no rezar en la mañana, sino a darse un baño espiritual en el cosmos, cosas así… ¡Me preocupan porque se saltan la encarnación! Y el Hijo de Dios se hizo carne nuestra, el Verbo se hizo carne, y en América Latina tenemos carne para tirar al techo! Qué pasa con los pobres, los dolores, ésa es nuestra carne…

El evangelio no es la regla antigua, ni tampoco este panteísmo. Si mirás a las periferias; los indigentes… ¡los drogados! La trata de personas… Ese es el evangelio. Los pobres son el evangelio...

·         (al reflejarle lo difícil de hacerse cargo de la Curia romana, y de la comisión de cardenales que lo apoyará, etc.) Y, sí… es difícil. En la curia hay gente santa, de verdad, hay gente santa. Pero también hay una corriente de corrupción, también la hay, es verdad… Se habla del “lobby gay”, y es verdad, está ahí… hay que ver qué podemos hacer…

La reforma de la Curia romana es algo que pedimos casi todos los cardenales en las congregaciones previas al Cónclave. Yo también la pedí. La reforma no la puedo hacer yo, estos temas de gestión… Yo soy muy desorganizado, nunca he sido bueno en esto. Pero los cardenales de la comisión la van a llevar adelante. Ahí está Rodríguez Maradiaga, que es latinoamericano, que lleva la batuta, está Errázuriz, son muy ordenados. El de Munich también es muy ordenado. Ellos la llevarán adelante.

·         Oren por mí… que me equivoque lo menos posible

·         Aparecida no terminóAparecida no es solo un documento. Fue un acontecimiento.
Aparecida fue algo distinto. Partiendo porque no tuvo documento de trabajo. Tuvo aportes, pero no un documento. Y al terminar tampoco tenía un documento, si el día anterior a terminar teníamos 2.300 “modos”… Aparecida envío a la misión continental. Ahí termina Aparecida, en el impulso a la misión.

Lo que tuvo Aparecida de especial es que no se celebró ni en un hotel, ni en una casa de retiros… se celebró en un Santuario mariano. En la semana celebrábamos la eucaristía y había unas 250 personas, porque era día normal de trabajo. Pero los fines de semana eso estaba lleno…! El pueblo de Dios acompañaba a los Obispos, pidiendo el Espíritu Santo…

Yo veía –lo nombro a él porque lo veo más estirado, más así, es bueno, pero es así– veía al prefecto, a João, que salía con su mitra, y la gente se acercaba, y le acercaban a los niños, y él saludaba, y los abrazaba así… Ese mismo obispo después votaba. ¡No puede haber votado igual que si hubiera estado en un hotel!

Teníamos las salas de reuniones debajo del Santuario. Así que la música de fondo eran los cantos, las celebraciones en el Santuario… Eso dio algo muy especial.

·         Hay algo que me preocupa, aunque no sé cómo leerlo. Hay congregaciones religiosas, grupos muy, muy pequeños, unas pocas personas, gente muy mayorNo tienen vocaciones, qué sé yo, el Espíritu Santo no quiere que sigan, quizá han cumplido ya su misión en la Iglesia, no sé… Pero ahí están, aferradas a sus edificios, aferradas al dinero… Yo no sé por qué pasa esto, no sé cómo leerlo. Pero les pido que se preocupen de esos grupos… El manejo del dinero… es algo que necesita ser reflexionado.

·         Aprovechen este momento que vivimos en la Congregación para la Vida Consagrada… Es un momento de sol… Aprovechen. El Prefecto es bueno. ¡Y el Secretario, que fue “lobbyado” por ustedes! No, en realidad, siendo el presidente de la USG, ¡lo lógico era que fuera él! Qué mejor

·         Pongan todo su empeño en el diálogo con los Obispos. Con el CELAM, con las conferencias nacionales… Yo sé que hay algunos que tienen otra idea de la comunión, pero… Hablen, conversen con ellos, díganles…

sábado, 8 de junio de 2013

La viudez de nuestra vida clama por Resurrección

Comentario al Evangelio del dia de hoy (EvDH)
Lc 7,11-17

"LLEVABAN A ENTERRAR AL HIJO ÚNICO DE UNA MUJER VIUDA...EL SEÑOR SE CONMOVIÓ..."
En una sociedad patriarcal y machista como lo era la sociedad judía en tiempos de Jesús, las mujeres viudas pasaban a constituirse en la porción pobre y olvidada de aquella sociedad. No tenían a ningún hombre que respondiera por ellas. Quedaban confinadas a vivir de la caridad y mendigando. Esta viuda no era una mujer que sólo había perdido a su esposo, sino que también había perdido a su hijo único. Es decir que no tenía realmente a nadie que pudiera apoyarla. La viuda además de pobre de dinero, también experimentaría la soledad; una soledad radical en aquel mundo regido por hombres. 
Jesús se compadece una vez más ante el sufrimiento humano. Su actitud es sincera y no es impostada. Se duele y se detiene frente a esa escena tan dramática: una mujer que despide a su hijo y que sabe que camina hacia una vida de soledad y hasta de pobreza, probablemente... Ella no necesitó pedir nada, ni siquiera decirle nada al Señor, sólo lloraba. Bastó que Jesús pusiera sus ojos en aquella escena para que captara la hondura del dolor que atravesaba a esa mujer. Ella con su pobreza, su dolor, su llanto. Ella con "su nada", frente al Dios de los vivos, que pasaba por allí. Sobran las palabras... 

"DESPUÉS SE ACERCÓ, TOCÓ EL FÉRETRO ...Y DIJO: JOVEN, YO TE LO ORDENO, LEVÁNTATE"
Jesús interviene en la escena, tocando el ataúd y llamando a la vida al hijo muerto. ¡Cuántas emociones deben haber pasado por el corazón de esa madre! Y qué motivos habrá tenido el Señor para intervenir en esa situación y no en tantas otras que debe haber vivido y presenciado. Ésta no era una viuda más, probablemente. O quizás este hijo, no era un hijo cualquiera. No lo sabemos. Lo que sí sabemos por la Palabra de Dios, es que el Señor le devuelve a la vida y dice la Escritura "se lo entregó a su madre". 

Nosotros hoy vivimos muchas viudeces en nuestras vidas, estemos casados o no. Vivimos momentos de nuestras vidas en las que nos sentimos solos, abandonados, infelices, olvidados. Signo de la viudez son el Duelo y la infecundidad, justamente porque estamos solos, es que nos sentimos solos y no podemos fecundar vida a nuestro alrededor. La viudez es más que la pérdida de un esposo o esposa. Es experimentar la muerte de una parte de nosotros. 

¡Cuántas viudeces cargamos en nuestras vidas! Hecha de soledades, dolores, frustraciones. Proyectos no logrados, amores no concretados, éxitos anhelados e inconclusos, seres perdidos en el camino de la vida y de los que no podemos desprendernos aún...
El hijo único de la mujer viuda, podría haber representado tranquilamente, la única seguridad afectiva, de apoyo y reconocimiento social que esa mujer pudo haber tenido en aquella sociedad. 

Tal como nos pasa a nosotros: que crecemos y fuimos educados toda una vida para construir seguridades y logros humanos, y aferrarnos a ellos cual si fueran hijos únicos para nosotros. Títulos, profesiones, empresas, Ministerios, bienes materiales, logros, ideas, y hasta nuestra propia experiencia de Dios, puede ser un hijo único para nosotros. Nos aferramos a ellos como si fuera nuestra única y más grande seguridad... hasta que de repente, plaf!!! le perdemos y todo se acaba. 

Jesús podía haber evitado la muerte de ese hijo quizás. Pero no, necesitó morir y después resucitar. Ese hijo único (emblema de la seguridad de nuestras vidas) necesitó morir como tal, para que el Señor tocara el féretro y lo llamara a la Vida. 
Nada dice el Evangelio acerca de cómo fue la vida de esta pequeña familia después de este hecho trascendente en sus existencias, pero sí podemos inferir que -con seguridad- no debe haber sido igual. Jesús llama a la vida a ese hijo y "se lo entrega a su madre" resucitado. La madre ya no era la madre de las soledades ni de las pobrezas opresoras, ni el hijo era la única seguridad existencial de aquella madre. 

Y todo ello, porque Jesús pasó por esas vidas: conmoviéndose, tocando y resucitando. 



Dejemos este domingo, que Jesús toque los ataúdes de nuestra vida, las muertes y los sin-sentidos, aquellos que están llenos de anhelos no cumplidos, soledades, dolores, y frustraciones, y permitamos y acojamos el "toque de Dios" en nuestras vidas para poder recibir con alegría lo nuevo, lo que fue transformado por el Señor, para que nuestra única seguridad sea Dios y sólo Dios. 
Amen...

ANÍMATE... Y compartí qué viudeces necesitas que Jesucristo toque hoy en tu vida.... 
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domingo, 2 de junio de 2013

Un Pan que da Vida...

Comentario EvDH: Jesús multiplica los panes...
Lc 9,11-17

"La multitud los siguió... Él los recibió y les habló del Reino de Dios, y devolvió la salud a los que tenian necesidad de ser curados..."
Jesús no pasaba desapercibido. Su presencia irradiaba algo poderosísimo que hacía que la gente le buscara y le siguiera. La misión de Jesús fue simple: hablar y vivir en absoluta y radical coherencia lo que desde siempre vivió con el Padre, con su Padre. Esa sencillez para hablar e irradiar a Dios fue cautivante para las personas de su época. Ese corazón tan tierno y compasivo, que hacía que nada pasara por alto: los recibe, el habla del Reino -que es la forma de hacerlos partícipe del proyecto del Padre- y cura sus dolencias y enfermedades...
Hasta aquí Jesús hace lo que muchos otros maestros podrían haber hecho. No hay nada de extraordinario en ésta sencillez cautivante.
Los Apóstoles, están preocupados por esa marea humana que está junto a ellos. ¿Qué comerán? ¿ Dónde dormirán? ¿Qué será de ellos? Es la genuina preocupación de estos hombres que se sienten responsables y le interpelan al Maestro. Jesús les lanza un desafío: "dénles de comer ustedes mismos".
A partir de aquí podemos ver a Cristo actuante y atento... Pide lo que ellos tienen (cinco panes y dos pescados) y hace ese signo maravilloso de la multiplicación del alimento que permite nutrir a esa inmensa multitud. Como milagro es un signo maravilloso de la divinidad de Jesús y de su poder y su amor incomensurable. No hay dudas de ello.
También Jesús quiere decirnos algo hoy a nosotros...
Nuestro mundo busca a Dios, y permanece hambriento y con sed de descanso y de paz profundas. Nosotros también, como los apóstoles, le interpelamos muchas veces al Señor... Y Jesús hoy nos viene a lanzar el mismo desafío a nosotros: "dénles de comer ustedes mismos".
¿Cuáles son nuestros cincos panes y dos pescados?...   ¿Cuáles son aquellas cosas que tenemos como seguridades propias pero que sentimos que no nos alcanzan para saciar la sed de nuestros hermannos?
No importa qué cosas sean. Jesús hoy no viene a reclamarnos algo. Todo lo contrario, quiere mostrarnos ese hermoso (y a veces inexplicable) camino que ha elegido para relacionarse con nosotros. Hacer todo a medias. Es la historia de un amor tan profundo que quiere hacer alianza con el hombre y quiere escribir una historia de a dos. Jesús podría haber materializado el alimento para esa multitud, pero no. Eligió usar los cinco panes y los dos peces que ellos ya tenían. Porque para Dios nosotros somos importantes. No somos simples receptores de su divinidad y su salvación. Somos hijos amados desde siempre, y todo lo que nos pasa, lo que tenemos y vivimos es materia prima que el Señor utiliza para transformarla en comunión de amor, que es semilla de salvación...
"Bendito seas Señor Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; el será para nosotros pan de vida..." reza el sacerdote en la liturgia eucarística... 
Este pan que fue multiplicado por el Señor, es signo del Pan de Vida a través del cual ha elegido quedarse con nosotros: La Eucaristía. Ese pedazo de pan, simple y sencillo, accesible a todos, disponible para todos, que esconde la presencia real del Señor. Su cuerpo entregado y su sangre derramada en la cruz, hoy en esta fiesta del Corpus Christi, se une a nuestra vida que nosotros, como los discipulos con sus panes y sus peces, se lo entregamos para que Él lo transforme en comida de Vida Verdadera.





viernes, 31 de mayo de 2013

EL AMOR QUE SANA . . . (Una linda historia testimonial)

EL ARCA es un comunidad fundada por Jean vanier. En ellas, se busca acoger a las personas con discapacidad, dándoles un lugar en el mundo, rescatando su don y ayudándolos a que lo descubran y donen, y estableciendo relaciones de comunión, amistad y fraternidad.
Es una hermosa obra, fruto del Espíritu y que está desplegada en muchos países.
Aqui les comparto un video difundido por el Arca Argentina, acerca de la historia de Marquitos. 
Tómense unos breves minutos y véanla. Es pura esperanza, amor y confianza... Podrán escuchar y leer fragmentos de pensamientos de Jean Vanier. 
Nos ayuda a renovar la esperanza de vivir un mundo mejor... 
NO SE LO PIERDAN...!!!!!!!!!!!



lunes, 27 de mayo de 2013

Ninguna puerta debe estar cerrada en la Iglesia para los que sufren



Homilía del Papa del lunes 27 de mayo de 2013
Fuente: Radio María Argentina

"Para seguir a Jesús debemos despojarnos de la cultura del bienestar y del encanto por lo temporal". Esta fue la idea principal del Papa Francisco durante la homilía de la misa presidida en la Casa Santa Marta. Subrayó también que debemos" hacer un examen de conciencia sobre las riquezas que nos impiden acercarnos a Jesús".
Jesús pide a un joven que dé todas sus riquezas a los pobres y le siga, pero este se va triste. El papa ha desarrollado la homilía partiendo del famoso episodio narrado en el evangelio de hoy. Sobre esto, ha subrayado que "las riquezas son un impedimento", que "no hacen fácil el camino hacia el Reino de Dios”. Además, advirtió, "Cada uno de nosotros tiene sus riquezas, todo el mundo." Siempre hay, dijo, una riqueza que “nos impide caminar cerca de Jesús".
“Todos debemos hacer un examen de conciencia sobre las que son nuestras riquezas, porque nos impiden acercarnos a Jesús en el camino de la vida", dijo Franciso. El Papa se refirió a dos "riquezas culturales": primero, la "cultura del bienestar, que nos hace poco valientes, nos hace perezosos, incluso nos vuelve egoístas". El bienestar "nos adormece, es una anestesia".
"No, no, no más de un hijo, porque no podemos tomar vacaciones, no podemos ir a tal sitio, no podemos comprar la casa. Es bueno seguir al Señor, pero hasta cierto punto. Esto es lo que hace el bienestar: todos sabemos bien cómo es el bienestar, pero este nos lleva hacia abajo, nos quita el coraje, aquel coraje fuerte para caminar cerca de Jesús. Esta es la primera riqueza de nuestra cultura actual, la cultura del bienestar".
También hay, agregó, "otra riqueza en nuestra cultura", una riqueza que nos "impide caminar cerca de Jesús: es el encanto por lo temporal". Nosotros –dijo, estamos "enamorados de lo temporal". Las "propuestas definitivas" que nos hace Jesús, "no nos gustan". En cambio lo temporal nos gusta, porque "tenemos miedo del tiempo de Dios" que es definitivo:
"Él es el Señor del tiempo, nosotros somos los amos del momento. ¿Por qué? Porque en el momento que somos los amos: hasta aquí sigo al Señor, luego veré... He oído hablar de alguien que quería ser sacerdote, pero por diez años, no más... Cuántas parejas, cuántas parejas se casan, sin decirlo, pero en su corazón está: «mientras dure el amor y luego veremos…». El encanto de lo temporal es una de esas riquezas. Tenemos que convertirnos en dueños del tiempo. Estas dos riquezas son las que en este momento nos impiden seguir adelante. Pienso en tantos, tantos hombres y mujeres que han dejado su tierra natal para ir como misioneros toda la vida: ¡esto es algo definitivo!"
Pienso en tantos hombres y mujeres que "han abandonado sus hogares para construir un matrimonio para toda la vida", aquello es "¡seguir a Jesús de cerca! ¡Es algo definitivo!". Lo temporal, reiteró el papa Francisco, "no es seguir a Jesús", es "nuestro territorio":
"Ante la invitación de Jesús, frente a estas dos riquezas culturales pensemos en los discípulos: estaban desconcertados. Nosotros también podemos estar desconcertados por este discurso de Jesús. Pidamos al Señor que nos dé el coraje para seguir adelante, despojándonos de esta cultura del bienestar, con la esperanza --al final del camino, donde Él nos espera-- puesta en el tiempo. No con la pequeña esperanza del momento, que ya no sirve".