viernes, 20 de septiembre de 2013

Entrevista al Papa Francisco



A continuación les comparto el link con la entrevista realizada al Papa Francisco, por la Civiltá Catollica, periódico católico italiano....
Les sugiero la lectura para informarse de primera mano y así contar con elementos de análisis propios.








domingo, 15 de septiembre de 2013

¿En qué Dios crees..?

Comentario al Evangelio del domingo
Lc 15, 1-32


Quién es tu Dios..? Cuál es su rostro..? Esta es la pregunta que subyace en el mensaje de Jesús hoy.

“Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos…”
La libertad que Jesús experimentaba era una libertad radical. Ningún falso respeto humano ni tampoco ninguna forma social de su época podía limitarlo… La espiritualidad de Jesús miraba al corazón herido de cada ser que se cruzaba y sólo eso le preocupaba…
Jesús responde con la conocida historia del padre y sus dos hijos: el rebelde y el leal. Aquí también podemos vislumbrar la libertad radical de los 2 hijos para elegir su camino. El rebelde sólo atina a decir “padre, dame la parte de la herencia que me corresponde” y emprende un camino cuyo retorno será penoso para él. Mientras que el hijo leal, al ver la reacción de su padre no puede menos que expresar “'Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y nunca me diste un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos…!”. Una reacción humana muy comprensible probablemente, para nosotros que vivimos en un mundo cuyo parámetro intenta ser la Justicia.

“Es justo que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado'”
Jesús cierra la historia con estas palabras del padre. Y con ello quiere proponernos un nuevo modelo, una nueva manera de vivir. La justicia (dar a cada uno lo que le corresponde) es buena, pero insuficiente. Jesucristo quiere proponernos una nueva forma de vivir: LA MISERICORDIA.
Etimológicamente misericordia es una palabra compuesta, cuyas raíces latinas son miser= miseria y cordis= corazón. Podríamos decir que una acepción posible es compadecerse ante el sufrimiento.

“El padre dijo a sus servidores: Traigan en seguida la mejor ropa y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el ternero engordado y mátenlo. Comamos y festejemos…”
Esta alegría del Padre y estos preparativos nos hablan de una fiesta. Pero no cualquier fiesta. Es una fiesta de alianza, “anillo en el dedo”… “ternero engordado”… Es una verdadera FIESTA DE ALIANZA. Y una alianza siempre se realiza entre dos personas que deciden unirse entregando simbólicamente algo propio, como ofrenda al otro con quien se une.
El Señor en este domingo quiere proponernos una alianza, UNA NUEVA ALIANZA, no ya realizada sobre la base de la justicia, sino uniéndonos en la MISERICORDIA. Y para ello, somos invitados nosotros a ofrendarle al Señor, nuestra miseria, y EL nos ofrece su corazón… para hacer realidad ese misterio de amor misericordioso… Dios pone su corazón en nuestra miseria. 


Esta es la base de la nueva alianza que nos propone el Señor. Vivir conscientes de nuestra fragilidad y nuestra pobreza pero sin sentir que ellas nos alejan de Dios. Todo lo contrario. Ellas son el objeto de amor de este Padre misericordioso para con nosotros. Allí pone su corazón; es decir, sus preocupaciones, sus delicadezas, sus permanentes cuidados y atenciones. 

Éste es el rostro del Dios cristiano, el Dios de Jesucristo. No es un dios de perfectos, sino un Dios Padre que ama a los pecadores, a los afligidos, a los que sufren. Y nosotros estamos llamados a vivir así. Amando, acompañando, acogiendo a quienes sufren, a quienes están extraviados, sin juzgar ni condenarlos. 
Demos Gloria a Dios por tener un Padre Bueno y misericordioso que nos ama así… ¡Qué libres podemos sentirnos y cuán amados…!

domingo, 8 de septiembre de 2013

La pobreza que libera...

Comentario EvDH
Lc. 14, 25-33

"COMO LO SEGUÍA MUCHA GENTE, JESÚS SE DIRIGIÓ A ELLOS Y LES DIJO..."
Jesús ve que mucha gente le sigue. Sabe que su palabra y su misión deslumbran a los de su tiempo.
Sin embargo, hace falta más que eso para seguirle...


"SI ALGUNO QUIERE VENIR CONMIGO Y NO ESTÁ DISPUESTO A RENUNCIAR..."
Jesús les habla de la renuncia como condición de seguimiento. Ya lo ha dicho muchas veces en su vida pública. Hoy se lo vuelve a repetir a la multitud.
La renuncia de la que habla Jesús se refiere al desprendimiento. Él, como hombre íntegro y pleno que es, sabe que somos seres hechos para la vida social y que nuestros afectos son una parte importante de la vida, por ello no nos pide "dejar de querer" a los nuestros. Sí nos pide, en cambio, una actitud de desprendimiento radical que no nos ate a nada ni a nadie.
¿Se puede vivir ésta libertad que Jesús nos pide?
Definitivamente sí. A condición de que asumamos que este desprendimiento es una gracia -consecuencia de nuestra decisión de seguir al Señor con actitud firme- que debe ser sostenida por una vida de oración y comunión profundas con el Señor, y por una sana forma de vincularnos con los demás.
Nadie, librado a su propia humanidad, puede vivir este desprendimiento. Nuestra condición humana tiende a hacernos seres posesivos y controladores. Buscamos seguridades en todo lo que hacemos: en los amigos, en el noviazgo, en una profesión, en el dinero, en nuestra imagen por la que tanto trabajamos para construir y sostener...
La invitación de Jesús hoy es a desprendernos de las preocupaciones que nos oprimen el corazón, que nos quitan la paz. ¡Cuántas ansiedades inútiles vivimos..! ¡Cuánto sufrimiento nos ahorraríamos si sólo aceptáramos la vida tal como es, y no nos empeñáramos en sufrir por lo que no tenemos, o por lo que no conseguimos..!
La cultura en la que hemos crecido nos ha enseñado que la pobreza es mala. Que es signo de mediocridad, y de falta de expectativas. La pobreza es un oprobio. Y claro que pensar en la pobreza, en términos materiales, es algo que nos asusta y nos atemoriza. La pobreza material no agota el sentido de la pobreza cristiana. No hay duda que quienes son pobres materiales, lamentablemente, viven muchas otras pobrezas que van aparejadas y que son lamentables e injustificables. Cristo mismo sufre en forma particular esas situaciones... Y nosotros estamos llamados a colaborar en todo para evitar, corregir, y ayudar en todo lo posible a estos hermanos.
Pero no son sólo pobres los que no tienen dinero. Somos pobres cada vez que nos aferramos a nuestras seguridades y nos declaramos independientes de Dios. Nos empobrecemos justo cuando empezamos a sentirnos seguros de lo que somos (moral, espiritual o profesionalmente), de lo que tenemos (dinero, bienes, honores) o de lo que carecemos (trabajo, una vida diferente, etc).
Por eso la pobreza cristiana (el desprendimiento) es una escuela  de libertad y sabiduría, de la que nunca nos graduamos.
La pobreza libera nuestro corazón para usar con libertad todo lo que tenemos (bienes, títulos, dinero) y compartir con nuestros afectos, sin aferrarnos a ellos.

"AQUEL DE USTEDES QUE NO RENUNCIA A TODO LO QUE TIENE, NO PUEDE SER MI DISCÍPULO..."
En el cristianismo, la pobreza se ha desnaturalizado en el momento en que se institucionalizó como parte de un proyecto de vida específico. La pobreza no es privativa de los consagrados. Todos los cristianos estamos llamados a vivir en clave de pobreza cristiana.
Pobre no es quien no tiene nada, sino quien administra con libertad y generosidad aquello que le fue dado para bien de todos...
En definitiva, esta pobreza es una de las claves de vida del Proyecto de Jesús, el proyecto del Reino. Porque la pobreza alienta la fraternidad. Siendo pobres es cuando necesitamos pedir ayuda (a Dios, en primer lugar, y a nuestros hermanos, después), y allí se crean oportunidades para crear comunión.

POBREZA, FRATERNIDAD, COMUNIÓN... tres pilares de las nuevas relaciones humanas a las que Jesús nos invita a vivir en su Reino.